miércoles, 11 de julio de 2012

TENGO GANAS DE TI.

Es el momento de decirte lo que nunca fui capaz de decirte, aunque sea tarde, escribir lo que ha sucedido en una carta que no te voy a mandar. Que no vas a recibir nunca, que como tu me enseñaste, cuando acabe de escribirla la quemaré, los sentimientos se pondrán a arder, y ese dolor ¿cómo era?.. Ah si, ese dolor no se te queda tan dentro.
Esta vez solo quiero ser claro, sería una imbécil si no gritara que me he equivocado, desde el principio, contigo. HE INTENTADO AVANZAR SIN APARTAR ANTES LAS COSAS QUE LO IMPEDÍAN, AGARRADA AL PASADO, MIRANDO PARA ATRÁS, QUERIENDO AVANZAR PERO SIN DEJAR DE RECORDAR, EMPEÑADA EN QUEDARME AHÍ.. ¿Qué locura no? En medio de un lado y de otro, sin perdonar, sin perdonarme, sin avanzar. ¿Dónde está el secreto del futuro? Puede que en fijarse bien, en avanzar, mirar más cerca. Más. Tan cerca que lo borroso se vuelve nítido, se vuelve claro. Solo hay que dejar que las cosas pasen, y ahora lo tendría claro. Aunque ya no depende de mí, depende de ti. Te quiero.

ANAT.

Todos tenemos un momento favorito, ese que queda para siempre guardado en nuestros recuerdos. Ese momento que siempre que estas feliz te viene a la cabeza y te hace sonreír aún más también es el momento que te viene a la cabeza cuando estás triste y te hunde aún más. Porque como dicen por ahí ''no hay nada más triste que un recuerdo feliz''
Somos masoquistas, nos empeñamos en recordar una y otra y otra vez ese momento y en intentar que las cosas sean como lo eran un tiempo atrás y sufrimos por ello. Pero lo peor no es eso, lo peor es que sabemos perfectamente que las cosas solo pasan una vez, que los recuerdos no vuelven, que dos pájaros nunca cantarán una misma canción. Y a pesar de eso seguimos ahí, como completos imbéciles, esperando a que esos momentos vuelvan a que esa persona toque un día nuestra puerta trayendo con él la felicidad que un día se llevó al marcharse. No queremos comprender que hay personas que entran en nuestra vida sin la intención de quedarse y que por mucho que las abracemos lo único que conseguiremos es que tarden un poco más en irse y que por lo tanto, su partida duela aún más. 
Así que no te aferres a lo que no se quiere quedar, porque si alguien de verdad te quiere no va a marcharse. Piénsalo, ¿acaso tú te has ido?

¿Quieres llorar?

Vamos, hazlo.
Es bueno ¿sabías?
Desahógate, dí todo lo que no dijiste, lo que querías y no tuviste, o que querías hacer y no hiciste.
Sin composturas, sin vergüenza por si alguien te juzga.
Hazlo, pero sólo por hoy, ya mañana es otro día.
Un día en el que debes levantar cabeza y sonreír.
No puedes vivir siempre triste, te perderás los mejores momentos de tu vida mientras estás ocupada mirando al suelo y secándote las lágrimas.

lunes, 16 de enero de 2012